La vida cristiana está llena de aparentes contradicciones: Si
uno quiere ser el primero, debe ser el último; si quieres ganar tu vida,
entonces debes perderla; si quieres ser el mayor, debes ser el siervo; y desarrollaremos
esta última, "si quieres ser fuerte debes ser débil".
Como entendemos esta aparente contradicción, ¿porque debo
ser débil para poder ser fuerte? No es lo que hemos aprendido en nuestra
sociedad donde nos capacitan para utilizar al máximo nuestras fortalezas y
esconder nuestras debilidades.