miércoles, 4 de febrero de 2015

Fortaleza en la Debilidad



La vida cristiana está llena de aparentes contradicciones: Si uno quiere ser el primero, debe ser el último; si quieres ganar tu vida, entonces debes perderla; si quieres ser el mayor, debes ser el siervo; y desarrollaremos esta última, "si quieres ser fuerte debes ser débil".

Como entendemos esta aparente contradicción, ¿porque debo ser débil para poder ser fuerte? No es lo que hemos aprendido en nuestra sociedad donde nos capacitan para utilizar al máximo nuestras fortalezas y esconder nuestras debilidades.


En la vida cristiana Pablo expresa: “Me alegro de ser débil, de ser insultado y perseguido, y de tener necesidades y dificultades por ser fiel a Cristo. Pues lo que me hace fuerte es reconocer que soy débil”. ¿Alegrarse en la debilidad?, es un concepto difícil de entender, pero debemos entender que el reconocer mi debilidad es aceptar que nuestra única salida es Dios, de esta forma permitimos que Dios obre en mi debilidad y como Pablo aprendemos el invaluable principio: “Fortaleza de Dios en mi debilidad”

Ten en cuenta que a Dios le encanta usar a los débiles. A Él no le impresiona la fuerza, y mucho menos se agrada en la autosuficiencia, al contrario: “…para avergonzar a los fuertes Dios ha escogido a los que el mundo tiene por débiles...” 

Cuando pensamos en nuestras limitaciones puedes ser tentado a decir: “Dios no puede usar a alguien como yo”, puedes tratar de esconder tus limitaciones, excusarlas o resentirlas. Ponlas tus debilidades en las manos de Dios y él las utilizara con su poder.

Pr. Esteban Montero

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