sábado, 24 de enero de 2015

Cambia el Rumbo de tu Mente y Pensamientos.



No podemos adorar a Dios y honrarle si andas en queja, en preocupación, miedo, y pensando siempre que algo estará mal. Muchas veces no nos damos cuenta de esa actitud, pero estamos viviendo con una actitud negativa en cada circunstancia que se nos presenta. Esa actitud interrumpe la posibilidad de sentir la bondad y el amor de Dios en ti.

La Biblia nos enseña: “Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo.” (2Corintios 10:5). Nuestros pensamientos constantemente nos engañan y nos dañan, quieren que pensemos lo malo, y ello nos separa de entender la bondad de Dios.
He escuchado personas que un simple dolor de cabeza les asusta, y dicen cosas como: “Sera que tengo esa rara enfermedad que está matando a la gente”, “Sera que tengo un tumor”. ¿Porque siempre pensar lo negativo? Hay personas que escuchan una sirena en la noche y piensan que es algún familiar que le está pasando algo. ¿Por qué siempre pensar en que algo malo sucederá?

Debemos detener esos pensamientos que estorban y tomar una decisión en la cual discipline sus pensamientos a la luz de la Biblia donde nos revela: "En fin, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, noble, correcto, puro, hermoso y admirable. También piensen en lo que tiene alguna virtud, en lo que es digno de reconocimiento. Mantengan su mente ocupada en eso." (Filipenses 4:8)

En los momentos en que pensamientos negativos lleguen a nuestra vida, recordemos la fidelidad de Dios y sus promesas. Si escuchas una sirena, recuerda que Dios protege a tu familia y que su voluntad es la mejor para sus hijos. Cambia tu pensamiento y levanta una oración pidiendo protección y agradeciendo porque sus ángeles están alrededor de los hijos de Dios y los cuidan.

Un día al salir de viaje íbamos un poco tarde y en el camino mis pensamientos empezaron a ahogarme: “perderé el avión”, “perderé todas las reservaciones”, “perderé todo el dinero invertido”, ya estaba con miedo, preocupado y enojado. Y todavía estaba lejos del aeropuerto.

Al llegar al aeropuerto en vez de hacer las cosas más rápido, el miedo  y el estrés  me hacían tropezar, olvidarme de cosas y enojarme aún más. Ya estaba en mi mente hasta regresarme porque definitivamente no valía la pena llegar tan tarde.

Al llegar no tuve ningún contratiempo, me atendieron sin problemas y nos arreglaron al siguiente viaje y llegamos sin problema alguno. Mi esposa al final me miraba con una sonrisa y yo entendí, mis pensamientos me destruían y no confié en la fidelidad de Dios.

Me habría ahorrado mucho de esa situación si hubiera desechado los pensamientos de mal. Mucho mejor sería no entregarme al miedo y la preocupación.

Decide hoy cambiar el rumbo de tu mente, desarrolla el hábito de pensar en Fe, creyendo que Dios es fiel. Vive en Fe y no en temor.

Pr. Esteban Montero

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