miércoles, 27 de mayo de 2015

Amar a los ancianos



La Biblia nos enseña el valor de los abuelos

1.       Son merecedores de respeto

Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová. Levítico 19:32

Dios ama al anciano, enseña cuanto debemos respetarlo y jamás despreciarlo. Es más enseña el alto lugar de honor que Dios ha reservado para ellos en los días de su vejez.
2.       Son Ejemplo

Observé mientras colocaban unos tronos en su lugar, y el Anciano de días se sentó a juzgar. Su ropa era blanca como la nieve, su cabello se parecía a la lana más pura. Daniel 7:9

En la visión de Daniel, Dios, el juez justo, se sienta a juzgar. Dios se presenta a si mismo como un anciano ejemplo de justicia, honorabilidad, nobleza y sabiduría. Dios tiene una hermosa tarea para el anciano que se deja usar por Dios para sus planes.

3.       Son Guía:

Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Joel 2:28

En ocasiones los ancianos y también los que están a su alrededor piensan que su vida termino, que ya lo hizo todo y que solo queda esperar la muerte en paz. Pero Dios tiene otros planes, por medio del Espíritu Santo en la vida del anciano Dios da nuevos sueños, vida, ministerios, logros y metas, enseñándonos que el propósito de Dios para nosotros aquí en la tierra no termina sino hasta que estemos cara a cara con El.

4.       Son Útiles y Productivos:

El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano. Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán.

 Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes,  Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, Y que en él no hay injusticia. Salmos 92:12-15

Dios está llamando a los ancianos con amor, porque es útil, productivo y lleno de fuerzas. Dios tiene un plan maravilloso para el resto de sus vidas.

Ama a los ancianos que están a tu alrededor, respétalos y dales el valor que merecen. Dedica tiempo a escucharles, ora por ellos y sigue su ejemplo.

Dios te bendiga.

Pr. Esteban Montero

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